Al retirarse, Ventanas 1 solicitó el estatus de Estado Operativo de Reserva Estratégica, el que fue autorizado por el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) el 29 de diciembre de 2020. A partir de esa fecha, todas las empresas generadoras, incluidas las renovables, comenzaron a pagarle respaldo o potencia a Ventanas 1 (por su Estado de Reserva Estratégica).
Todo lo que AES Andes debía hacer para recibir ese dinero era estar preparada para operar en el plazo de 60 días. Pero todo indica que no lo estaba. Los hechos hoy investigados evidencian que el 5 de agosto de 2021, ante la grave crisis hídrica que vivía el país, el CEN convoca a Ventanas 1 a despachar energía al sistema eléctrico. Su gerente general responde por carta que lo harían desde el 23 de agosto, pero eso no ocurrió.
En junio de 2019, durante los preparativos de la COP25, se realizó un acuerdo voluntario entre el Gobierno y las empresas generadoras dueñas de termoeléctricas en base a carbón: AES-Gener (hoy Andes), Enel, Engie y Colbún, para un retiro gradual o la reconversión de algunas carboneras al 2025 y otras al año 2040. Este acuerdo implicaba una desconexión y cese de operaciones gradual. Como parte de este acuerdo, AES Andes incluyó en dicho cronograma el retiro de sus unidades Ventanas 1 y 2, dos de las carboneras más antiguas y contaminantes del sistema.
Vinculado a este acuerdo, el Gobierno de la época dictó, en diciembre de 2020, un Decreto Supremo que creó el “Estado Operativo de Reserva Estratégica” (ERE), que permite que las centrales que se retiran del Sistema Eléctrico Nacional puedan ser conectadas nuevamente en caso de una emergencia energética, con un aviso previo de 60 días. El estatus de ERE, en dicho decreto, implica que durante todo el período en que la central puede ser llamada a conectarse para inyectar energía, se sigue pagando a sus dueños gran cantidad de dinero (60% del pago por potencia) para que mantengan las centrales listas y acondicionadas para su uso en caso de ser necesarias. Se trata de remunerar una capacidad de generación de reserva, bien mantenida, con personal y carbón necesario disponibles.
Al retirarse, Ventanas 1 solicitó el estatus operativo de ERE, el que fue autorizado por el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) el 29 de diciembre de 2020. A partir de esa fecha, todas las empresas generadoras, incluidas las renovables, comenzaron a pagarle respaldo o potencia a Ventanas 1 (por su Estado de Reserva Estratégica). Todo lo que AES Andes debía hacer para recibir ese dinero era estar preparada para operar en el plazo de 60 días. Pero todo indica que no lo estaba.
Los hechos hoy investigados evidencian que el 5 de agosto de 2021, ante la grave crisis hídrica que vivía el país, el Coordinador convoca a Ventanas 1 a despachar energía al sistema eléctrico. Su gerente general responde por carta que lo harían desde el 23 de agosto, pero eso no ocurrió. A continuación la empresa comunicó que recién se estaba acondicionando y que volvería a producir e inyectar energía el 4 de octubre.
Pero, insólitamente, Ventanas 1 nunca generó ni inyectó energía en ese plazo, ni estuvo en condiciones de hacerlo, ni antes del 4 de octubre ni después de esa fecha, lo que constituye un incumplimiento insólito de la regulación eléctrica. Sin embargo, y sin vergüenza alguna, siguió cobrando a todas las empresas que generan y alimentan el sistema eléctrico un monto de más de 4.400 millones de pesos, entre diciembre de 2020 y junio de 2022, para financiar el respaldo de una carbonera fantasma. Peor aun, el Coordinador Eléctrico Nacional no cursó multa ni suspendió los cobros de Ventanas 1. Así, además de subsidiarse a las carboneras mediante el ERE, todas las empresas, incluidas las renovables, tuvieron que pagar un respaldo fósil a la única compañía que se acogió al estatus ERE, y que no cumplió la regulación y que no fue sancionada por ello.
Hoy este insólito caso se discute en el Panel de Expertos Eléctricos, pero, más allá del resultado que pueda tener esa controversia, queda de manifiesto la incoherencia de los compromisos con la descarbonilación energética de algunas empresas y el abandono del ente coordinador y del ente fiscalizador para el cumplimiento de la ley.
Simultáneamente al hecho de que se continuó pagando miles de millones de pesos a una empresa carbonera por no generar nada, y en situación de incumplimiento de las condiciones de ERE para producir energía en casos de emergencia, durante las últimas semanas dos empresas eléctricas en base a energías renovables y limpias no pudieron cumplir sus contratos, debido a las congestiones de transmisión, la ausencia de almacenamiento para evitar vertimientos y la valorización a precio prácticamente cero de la energía solar y eólica producida.
El caso de Ventanas y la regulación misma del Estado de Reserva Estrategia (a carbón), en medio de la mayor crisis financiera que enfrentan las empresas más pequeñas de generación renovable, constituye una grave distorsión del mercado eléctrico y un obstáculo para la descarbonización y para el cumplimiento de los compromisos climáticos. En el contexto de la crisis que estamos enfrentando, estos dos casos (el abuso y el abandono regulatorio) merecen una explicación urgente de parte de las autoridades, del Coordinador Eléctrico Nacional y de la propia empresa carbonera.
Fuente: El Desconcierto I Opinión
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